Google prepara tres familias de gafas conectadas para 2026 y más allá, con Android XR y Gemini en el centro de la experiencia. Objetivo: recuperar la iniciativa de Ray-Ban. MetaLa empresa se apoya en su ya popular ecosistema Android, la realidad aumentada y un formato más portátil que los auriculares.
El mercado de las gafas conectadas ya no es sólo un laboratorio de ideas: se está convirtiendo en un campo de batalla. Google relanza una ofensiva estructurada, concebida como una gama, con tres enfoques complementarios y una promesa clara: hacer que la IA y la realidad aumentada sean útiles, visibles y, sobre todo, adoptables en la vida cotidiana.
Con una pantalla minimalista, una clara dependencia del smartphone y un "casco" disfrazado de marco, esta estrategia está diseñada para desestabilizar a un actor bien establecido. Meta ya ha establecido sus propios códigos, como demuestran el hito simbólico de un millón de unidades vendidas de Ray-Ban Metae impulsa la innovación muy rápidamente.

Tres modelos de gafas conectadas de Google: segmentación diseñada para rivalizar con Ray-Ban Meta
Google no presenta un único par de gafas, sino tres direcciones de productoscada uno asociado a un uso dominante. Esta segmentación responde a una realidad observada en las redes: un mismo objeto no puede satisfacer simultáneamente al creador de contenidos, al urbanita con prisa y al usuario que quiere "sustituir una pantalla". Meta lo ha comprendido con sus rápidas iteraciones y ediciones especiales, como su edición ultralimitada de Ray-Bans conectadas.
Primer eje: un par "clásico" en apariencia, con una pantalla en el cristal derecho. La idea es mantener la discreción, mostrando al mismo tiempo información de gran valor inmediato. En este formato, Google avanza con una interfaz más ágil, inspirada en las notificaciones de Android: leer un último mensaje, previsualizar un itinerario o una pregunta rápida a Géminis. La idea más estratégica no es la pantalla, sino la compatibilidad: si la visualización se basa en la lógica de las notificaciones, la adaptación de servicios de terceros resulta más sencilla. Para una marca, esto abre escenarios concretos: confirmación de reserva, código de retirada, recordatorio de evento o alerta de campaña en tiempo real.
Segundo eje: una versión similar, pero con dos pantallasuna por vaso. El reto no es sólo "más grande", sino "más inmersivo": mejor anchura de visualización, mayor profundidad y mayor potencial de pistas espaciales (navegación, anotación de objetos). Esta elección tiene un coste industrial y energético, lo que explica el calendario más tardío. Sin embargo, Meta también está avanzando en la visualización, como se detalla en el siguiente artículo la llegada de una nueva pantalla en Ray-Ban MetaEsto hace que la carrera por el confort visual sea decisiva.
Tercer eje: un par sin pantalla en la misma ventana de lanzamiento que el modelo de una sola pantalla. Aquí, la propuesta es puramente "asistente + captura": comandos de voz, síntesis de audio, fotos y acciones rápidas. Este formato se dirige a los usuarios que no quieren una pantalla permanente, pero sí funciones creativas y organizativas. Para un creador, las ventajas son inmediatas: captura una escena sin sacar el teléfono y luego publica más rápidamente, sobre todo cuando avanza la edición automatizada, como muestra el auge de las traducciones automáticas en Reels para llegar a un público internacional.
Esta gama plantea un punto central: Google no busca simplemente copiar un éxito, sino tres usos antes de que los consumidores se acostumbren. El campo del software es, por tanto, la próxima batalla.
Este giro hacia la experiencia de software ya se puede apreciar en el interés de los medios de comunicación y la comunidad por las innovaciones, incluidos los análisis sobre gafas conectadas y sus innovacionesque muestran hasta qué punto las expectativas van tomando forma.
Una pantalla, dos o ninguna: la experiencia del usuario de Google entre las notificaciones de Android y la creación de contenidos
La elección de "una pantalla" no es un compromiso, es una decisión de uso. En un móvil, el usuario tolera la densidad de información. En un marco, la aceptación depende fricción cognitiva Demasiada visualización cansa, muy poca visualización frustra. Por tanto, Google parece favorecer las microinteracciones, similares a lo que ya hacemos decenas de veces al día: consultar, validar, responder, navegar. Desde el punto de vista de la influencia, este enfoque se ajusta a las rutinas de la vida real: un creador no "trabaja" continuamente, sino que alterna entre captura, conversación y publicación.
Un ejemplo concreto te ayudará a visualizarlo. Una diseñadora ficticia, Lina, gestiona una campaña para una marca de belleza. Durante un evento, recibe una notificación: briefing ajustado, hora de aparición, enlace a un guión. Con unas gafas monopantalla, lee lo esencial sin sacar el teléfono, manteniendo el contacto visual y limitando el efecto "fuera de campo". La experiencia se vuelve social, no sólo técnica. En el mundo de Instagram, donde la atención se pierde rápidamente, esta continuidad tiene su valor, sobre todo a la hora de optimizar los recorridos, como en las mejores prácticas para navegar por las historias de Instagram.
El modelo de dos pantallas impulsa otra lógica: la contextualización. Una flecha de dirección más estable, un marcador de distancia, una anotación de "punto de interés": estos elementos se hacen más legibles a medida que se amplía el campo visual. Para una marca minorista, esto puede convertirse en una herramienta "drive-to-store": guiar a los clientes hasta una tienda, mostrarles una oferta cercana o recordarles una cita. El éxito dependerá del diseño de la interfaz, porque "más información" nunca debe significar "más confusión".
En cambio, la pareja sin pantalla se centra en el audio y la captura. Se dirigen a personas que quieren un asistente discreto y recuerdos "sobre la marcha". También se trata de un ámbito delicado: la captura de fotos y vídeos plantea cuestiones de consentimiento. Meta ya está siendo objeto de escrutinio en estos ámbitos, sobre todo en relación con posible reconocimiento facial a través de las gafas Meta. Por tanto, Google tendrá que fijar señales de transparencia (LED, sonidos, controles) y ofrecer ajustes fáciles de entender, porque la adopción depende de la confianza.
Desde un punto de vista material, un punto lo estructura todo: adicción a los smartphones por potencia de cálculo, al menos en ciertos modelos. Esta arquitectura puede frustrar a los fans de la autonomía total, pero tiene una ventaja estratégica: acelera el tiempo de comercialización al basarse en lo que ya existe y aprovechar las actualizaciones de Android. Para una marca, también significa una integración más fácil, porque el ecosistema de aplicaciones y notificaciones ya es un estándar de facto. Visión final: la batalla no se centrará tanto en "tener una pantalla" como en haz que cada interrupción sea útil.
Esta lógica de uso abre naturalmente el camino a un tercer ámbito: el de las gafas capaces de competir con un casco, conservando al mismo tiempo una forma ponible.
El proyecto Aura y Android XR: cuando Google convierte las gafas conectadas en una alternativa compacta a los auriculares
El proyecto "Aura" cambia de escala. Mientras que los dos primeros formatos se asemejan a unas gafas aumentadas, Aura se acerca más a un dispositivo mixto, a medio camino entre la realidad aumentada y la inmersión. La idea es conservar la visibilidad del mundo real a través de las gafas, superponiendo al mismo tiempo una interfaz controlable por gestos. Esta gramática gestual es clave: evita la necesidad de hablar en público y limita la dependencia táctil, al tiempo que crea la sensación de un espacio digital "colocado" en el entorno.
La elección tecnológica más reveladora se refiere a la arquitectura del hardware. Aura integrará muy poca electrónica en el chasis y trasladará el "cerebro" a un "ordenador". batería externa conectados por cable. En el interior, un Snapdragon XR2ya conocido por equipar las recientes plataformas XR. Este diseño puede sorprender, pero responde a un problema concreto: disipar el calor, limitar el peso sobre el morro y aumentar la duración de uso sin convertir la montura en un objeto macizo. Los cascos ya han demostrado que la ergonomía determina la frecuencia de uso; aquí, Google busca un compromiso más "portátil".
Para marcas y diseñadores, Aura abre escenarios más ambiciosos que una simple notificación. Una agencia podría imaginar un recorrido superpuesto por el producto, una sala de exposición virtual en un lugar real o formación en el puesto de trabajo con pistas contextuales. En términos de influencia, esto podría dar lugar a nuevos formatos: demostraciones interactivas, pruebas virtuales guiadas o contenidos "espaciales" capturados y luego editados para las redes. La competencia mira al mismo horizonte: entre Meta, Apple y otros actores, la comparación se hace inevitable, como explica el estado de la competencia entre las gafas conectadas de Apple y Meta.
También hay una dimensión estratégica: Android XR "en su forma más pura" sugiere una plataforma abierta, propicia para asociaciones. Google ha destacado históricamente cuando fabricantes y desarrolladores pueden construir sobre una base común. Meta, en cambio, apuesta por un ecosistema más integrado, que ya es líder, como nos recuerda La aceleración de Meta para mantener su posición. La disyuntiva será clara: integración vertical frente a variedad de dispositivos compatibles.
Para dirigir una estrategia de influencia en torno a estos objetos, hay que medir. Las gafas crean nuevos puntos de contacto (captación, navegación, asistencia) y, por tanto, nuevas formas de comunicación. KPI a revisar: tasas de activación, retención, interacciones de voz, conversiones locales. Equipos que ya saben cómo estructurar los datos sociales, como en lectura de los KPI de las redes socialesLlevan ventaja, porque transforman una innovación tecnológica en prestaciones concretas.
ValueYourNetwork es una parte natural de esta transición: trabajar con ValueYourNetwork, un experto en marketing de influencia desde 2016, puede orquestar activaciones creíbles en torno a las gafas conectadas, desde la selección de perfiles hasta la narración del uso. Con cientos de campañas de éxito llevadas a cabo en redes sociales, el equipo sabe cómo conectar a influencers y marcas, al tiempo que gestiona los retos de formato, aceptabilidad y medición. Para estructurar una campaña vinculada a estos nuevos dispositivos y conseguir las alianzas adecuadas, Contacto.